Ya estamos otra vez
Ese sentimiento burbujeante de todo lo que quiero ponerme a hacer.
Le pido que se siente y que desayune conmigo. Té aromático, un pan de centeno recién hecho que una buena amiga me metió en el bolso. Y por supuesto el queso de anoche y las uvas pequeñas y moradas.
Me siento rica.
He arreglado un lado de la cocina para poder ponerme a revocar el techo.
He lijado unas tablas de una mesa vieja que me dieron en primavera. El roble más hermoso, con los cantos redondeados saca lo mejor de sí.
Con ellas he hecho una alacena para mi ropa. No me apetece perder tiempo yendo a la ciudad.
Qué bueno que llené la despensa antes de regresarme en primavera! Bidones de agua de 5 lts puestos en fila, arroz, harina, avena y demás en grandes tarros de cristal. Queso cortado en dados, dejado secar y metido en aceite de oliva. Y patatas, cebollas, ajos, mermelada de higos y dulce de membrillo. Y moras en almíbar de Ludi. Y uvas recién cogidas de las cepas.
Estas semanas va a tocar patatas y cebollas guisadas de 100 formas diferentes.
Cuando mi hermano catalán venga dentro de un par de días a ayudarme a subir e instalar mi nueva puerta en el primer piso, seguro que de todos modos tendremos que bajar a la ciudad a por un par de tirafondos o algo así...
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