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Agradecida




Agradecida en Casa Luna y preparándome para el (algo) largo viaje de vuelta a casa.


Ludi cosió las cortinas de mi cocina y yo he estado inmersa en el trabajo y el silencio del pueblo -muchos días con apenas updates en facebook.


Soy tan feliz porque la ruina se haya convertido en una casa y las tareas que quedan sean cada vez menos y sean menos pesadas. Ahora hasta me cuesta comprender cómo he sido capaz de hacer todo lo anterior.

Sin el apoyo de David y Susana y su gran y hermosa casa, siempre abierta para vivir en ella y donde aún acudo a bañarme, lavar ropa o cargar el móvil y las linternas.

Sin la cercanía de David, su capacidad de reflexión y su ayuda para arreglar el papeleo y comunicarme allí donde no alcanzaba mi castellano. Su fe en que la ruína NO me colapsaría encima...sin el apoyo constante de sus padres: Ludi y Fernando, su atención, el acceso que me han ofrecido a herramientas, leña, vituallas...Hasta me han atendido en varias ocasiones como si de una sala de curas se tratara como cuando me clavé un clavo oxidado en el muslo o cuando me cayó una ventana entera en el pie o...

No me cabe la menor duda que hoy no habría ninguna Casa Luna.

O sin el empuje y la cariñosa ayuda de mi hermano catalán, no existiría una casa tal que Casa Luna hoy en día. Me siento emocionada y agradecida por todo ello. También -qué diantres- por mi propio aguante y capacidad.


El próximo paso será tirar la escalera y construir un pequeño cuarto de baño. Ir a Marrakesh a por una pila para la cocina. Montar la barandilla del desván y sacar el nivel del suelo del salón (antiguamente establo de ovejas)

Qué ganas que llegue la primavera!

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